martes, 11 de marzo de 2008

Fantasías Femeninas.


En principio, todos los adultos tienen fantasías sexuales relativamente frecuentes, ya que es algo normal en nuestro funcionamiento, aunque muchas mujeres juzguen que no las tienen. Sus fantasías son tan románticas y suaves que no se corresponden con la idea que se tiene de una fantasía. Para otras mujeres, en cuanto se asoma a la superficie de su inconsciente un pensamiento erótico, se sienten incómodas o culpables.

En general, es muy frecuente que hasta las mujeres que juzgan no tener fantasías eróticas, las tengan.

Son muchos los libros que se han publicado sobre el placer femenino. ¿Porqué escribir otro? ¿No estaba ya todo dicho?

Es verdad que existen muchas obras sobre este mismo tema. Pero si su objetivo era permitir a las mujeres acceder mejor al placer femenino, ¡han fracasado! A lo largo de mi carrera me he encontrado con muchas mujeres, ni te lo imaginas. Y la gran mayoría está frustrada, contrariamente a lo que dicen los medios de comunicación. ¡Un libro sobre el orgasmo me parecía de utilidad pública! Pero es evidente que he querido innovar. La mayoría de libros sobre este tema se conforman con dar descripciones técnicas o médicas. Yo he aportado otro aspecto: una síntesis poética y erótica a la vez, pero también precisa sobre el arte de amar.

Las encuestas sobre la sexualidad de los españoles revelan, sin embargo, que el placer ha pasado a un primer plano, que la práctica sexual es cada vez más libre…

El problema suele ser que este tipo de encuestas no suelen tener en cuenta la edad de los encuestados. ¿Realmente crees que una debutante de 18 años tiene la misma capacidad de goce que una mujer de 35 años, que ya ha alcanzado la madurez sexual? Además, estas estadísticas no diferencian el orgasmo clitoridiano del vaginal, mucho menos frecuente. Millones de mujeres no disfrutan en la penetración. Y lo que buscan no es el intercambio de parejas o el sadomasoquismo, si no otra cosa. Son perversiones, hay que volver al cuerpo tal y como es desde la prehistoria, desnudo, sin artificios. Los dedos, la boca, el conjunto de los atributos “naturales” deberían servirnos para gozar.